La chef y bióloga merideña Valentina Inglessis completa su recorrido por ese lado pocas veces apreciado del mundo vegetal, su arista espiritual, esta vez a partir de rituales específicos y nos ofrece 9 nuevos productos con sus posibles interpretaciones

La intención de estas notas es invitarllos a desarrollar la intuición en la cocina, desde este punto de vista de descubrir el alma y el espíritu de cada alimento, su mensaje, su vibración, confíen en ustedes mismos y descubrirán un hermoso universo que está allí para ser disfrutado.

Para desarrollar esta intuición sugiero por un lado establecer rituales como:

1. Haz un altar en la cocina, decorarlo con flores, objetos que inspiren como campanas, velas.

2. Haz una oración antes de cocinar y comer, puede ser una oración basada en alguna tradición espiritual o una oración personal. Lo más importante es adoptar una actitud de gratitud.

3. Dedica unos minutos al silencio y a la introspección frente al alimento, sin distracciones, buscando conexión

4. Dedica un tiempo amplio a la preparación y degustación de las comidas, siéntate con calma y apréciala.

5. Procura comprar vegetales y frutas frescas, si es posible de agricultura ecológica y establece relaciones con quienes siembran.

6. Siembra tú mismo alguna planta, verla crecer te hará entender mejor sus ciclos y procesos espirituales.

7. Mantén tu cocina, despensa y refrigeradores limpios y ordenados, permite que le energía fluya a través de ellos.

8. Comparte tus alimentos con otros.

9. Identifica tus alimentos con etiquetas en los contenedores o recipientes con el significado simbólico que le hayas encontrado en tu camino intuitivo.

A continuación pondré nueve nuevos ejemplos de aproximaciones intuitivas al reino vegetal.

Aceituna. En la antigua Grecia las personas hacia oraciones por la paz con ramas de aceituna en sus manos y coronas de aceitunas en sus cabezas. En china, aceitunas envueltas en papel rojo se ofrecían para significar el final de una disputa. En el antiguo testamento, en el Génesis, luego de Noé enviar una paloma desde el arca, ella regresó cargando en su pico una rama de olivo. El olivo es ampliamente asociado con la PAZ. Esa paz que es un estado de plenitud y bienestar, de “contentura” a todos los niveles. Comer aceitunas nos invita a tomarnos un tiempo para descansar, relajarnos y sentirnos en paz.

Ajonjolí. ¿Encuentras alegría en las cosas sencillas? ¿Das homenaje a los regalos de la vida? ¿Ves la magia manifestarse en cada instante? Entonces eres como el ajonjolí cuyas semillas al calentarse saltan vibrantes en el aire, llenas de agradecimiento y de optimismo pues ella son la representantes de la GRATITUD.

Aguacate. Cuentan que tiene propiedades afrodisiacas, podríamos decir que es el vegetal aunque en realidad es una fruta, que nos recuerda el éxtasis, el arrebatamiento, como ese estadío en el que trascendemos los estados normales de consciencia. Cuando estemos muy preocupados por lo mundano o muy aburridos y sintamos que hemos perdido parte del gozo de la vida una buena dosis del arrebato del aguacate, posiblemente nos haga florecer.

Remolacha. Su color rojo nos recuerda la sangre. Su sabor profundo, la tierra. Es una raíz que nos invita a recordar nuestras propias raíces, en la forma de nuestra familia, nuestra sangre. Cada vez que cocinemos o comamos remolacha hagamos mentalmente un homenaje a nuestros ancestros.

Repollo. Representa el balance. En muchas culturas antiguas era utilizado como alimento para balancear la salud y el bienestar. El balance crea una sensación de centro y de flujo armonioso. La forma redonda del repollo también lo sugiere. Cuando nos sintamos estresados o sobrecargados o experimentado estados emocionales extremos y requiramos moderación es quizás el momento de aprender de los gozos del balance que nos quiere enseñar el sustancioso repollo.

Zanahoria. Es bien sabido que la zanahoria tiene sustancias que mejoran el sentido de la vista. Por ello, el lado espiritual de este vegetal es LA CLARIDAD. Muchas veces estamos atrapados en una visión de las cosas que no nos permite ver lo que realmente es y necesitamos aclarar nuestra visión. Pidámosle entonces ayuda a la zanahoria para que elimine la bruma de nuestra vista y podamos entonces cultivar una perspectiva clara y cristalina.

Ají Picante. Cuando comemos algo picante, nos sentimos animados, vitalizados, respiramos con fuerza. Y es que con que podemos asociar este ancestral vegetal? Pues con la fuerza. Esa cualidad que viene de adentro y que no se trata de dominación o control y que genera sensación de bienestar y la capacidad de permanecer centrado en cualquier situación. El ají nos invita e escoger una práctica espiritual y ser disciplinados en ella, creando una rutina, un compromiso con nosotros mismos.

Hongos o setas. Los hongos comestibles han existido durante miles de años. Han visto al mundo crecer y transformarse a través de las edades, un verdadero pilar de la PACIENCIA. La paciencia da honor el proceso del Universo. Cuando tienes paciencia una entrega profunda ocurre. Cuando esté ansioso, angustiado, relájate, toma un respiro, encarna la serenidad en el medio de la espera, llama al espíritu del hongo para que te acompañe a rendirte a los tiempos divinos del universo.

Calabazas. En muchas tradiciones ancestrales americanas las calabazas estaban relacionadas con el RENACIMIENTO. Solían colocarse en los entierros para acompañar al espíritu en su viaje al otro mundo. El renacimiento e la finalización de un viejo ciclo y la iniciación de uno nuevo simultáneamente. Puede promover nuevas perspectivas y cambios de consciencia. Nuestro espíritu siempre sabe cuándo es tiempo de cambiar. Permite que tu ser superior te guíe, observa las auyamas, calabazas, calabacines, calabacitas, y verás como la transformación estará cerca de ti.

Podríamos seguir escribiendo, con tantos vegetales, frutas, algas, hongos que hay en el universo ofreciendo su mensaje espiritual. Pero sería casi una historia sin fin.