Tras su desaparición física, repasamos brevemente algunas de las razones que mantendrán vigente el legado de quien más que un magistral apasionado por la cocina fue un narrador que repasó los actos de cocinar y comer de forma única

Carácter multidisciplinario. En sus diferentes programas y libros Bourdain tomó los actos de cocinar y comer y convocó distintos saberes para poder mostrar una profundidad que pasa desapercibida a la mayoría de las personas. Historia, geografía e incluso decisiones gerenciales de los dueños de restaurantes se unían para mostrarnos un verdadero detrás de las cámaras de la comida.

Talento narrativo. Bourdain se especializó es convertirse en un extraordinario contador de historias, alguien que sabía que no basta con decir sino que hay que mostrar y que las cadenas de eventos no sólo tienen una relación causal lineal sino que en ocasiones es la reorganización de ese eventos en busca de un efecto específico en el lector o espectador lo que lo hace atractivo. Por eso, los programas de gastronomía nunca fueron los mismos después de los suyos.

Espíritu explorador. A diferencia de sus pares -incluso algunos en la propia Venezuela- que viajan a parajes lejanos y rurales con una mirada que mezcla superioridad y condescendencia, Bourdain era capaz de romper el cerco que muchas veces tiene el estadounidense frente al mundo exterior y hacer un esfuerzo sincero para dejar de ser el chef mediático y creador del mito de Les Halles para mezclarse con la gente y sus costumbres lo que lo llevó incluso a presentar esa dimensión política que tiene todo lo relacionado con la comida que muchas veces nos resulta incómoda.