De la sutileza de un blanco español a la potencia de un cabernet sauvignon chileno te presentamos estas tres opciones para que compartas con esa persona especial
No. 1 Canepa Cabernet sauvignon Finissimo. Proveniente de la D.O. Marchigüe en el Valle de Colchagua, reconocido por ser uno de los enclaves de un elegante cabernet, este vino conjuga potencia, elegancia y sofisticación. En nariz domina la piel de ciruela y algunas notas de vainilla testimonio de sus 13 meses de paso por barrica mientras que en boca su sabor es intenso con fruta oscura, tabaco y chocolate. Para enamorar y enamorarse del vino.
No. 2 Col d’Orcia Gineprone Chianti DOCG. Tal vez meno reconocido que su opulento vecino toscano Brunello di Montalcino, este es un vino sabroso y vivaz. Sus delicadas notas de cereza y firme acidez viene acompañada por matices de hierbas aromáticas que lo hacen complejo y fascinante y se manifiestan plenamente en boca, donde su cuerpo medio es acompañado por su sabor pleno. Mejor tener una botella adicional porque es de los vinos que se desea repetir.
No. 3 Muga Viura Fermentado en barrica. La uva autóctona española, redondeada con un mínimo porcentaje de malvasía, además de la elaboración que implica la fermentación en barricas nuevas dan a este vino una cremosidad y armonía no siempre asociadas con los los blancos riojanos. Su nariz de frutas blancas y amarillas y algunos toques florales preparan para la experiencia en boca en la que untuosidad y persistencia son la clave. Para acompañar mariscos y platos con salsas cremosas.