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Maracaibo, tierra del sol amada… y el Viagra alternativo

Maracaibo, tierra del sol amada... y el Viagra alternativo

María Cecilia Castellanos, autora del blog La vida después de los 30, nos ofrece esta interesante crónica sobre la viagra al estilo maracucho

La pasada semana santa tuve el honor de recibir a una amiga caraqueña que estuvo de visita en nuestra ciudad y que además tuvo la osadía de atreverse a que yo le sirviera de guía de turismo durante un día.

Ella, que además de osada es muy ocurrente, se quedó perpleja cuando la invité a probar “Viagra”. Su cara era un poema, pues no sabía como negarse a mi atención, pero tampoco entendía por qué razón sería divertido probar Viagra.

Al ver su reacción, de inmediato le expliqué de lo que se trataba y con un suspiro y una carcajada aceptó feliz mi invitación. Comenzamos entonces la travesía para buscar por toda la ciudad un vendedor de “Viagra”, recorrimos varios sectores del norte de Maracaibo y estuvimos a punto de perder las esperanzas de que íbamos a poder disfrutar de nuestro preciado manjar.

Pero allí justo en la esquina del semáforo que da al Cuartel Libertador, pudimos observar en cámara lenta el color amarillo profundo del viagra y cuando lo tuve en mis manos, su inconfundible olor, me recordaba los tiempos de mi niñez cuando en casa de mi abuela paterna me reunía con unos primos y nos trepábamos en las matas (árboles) de mango para tomar los más grandes y perfectos para preparar esa delicia que actualmente conocemos en nuestro estado como “Viagra”.

Se trata de una picata de mango verde o entre amarillo (pintón) bañado en jugo de limón, vinagre, sal y adobo (especies), que en palabras muy sencillas tiene un sabor muy parecido a la gloria.

Recuerdo que cuando era niña era tanto el placer que sentía al comerme este manjar que cerraba los ojos como para degustar con mayor intensidad los sabores y texturas tan perfectos que se conjugan en esta fantástica mezcla.

Para mí es perfecta la receta original: mango, adobo, limón y sal; sin embargo a través de los años, han nacido variantes que incluyen desde el vinagre, salsa inglesa, cubito y picante, cada quién puede prepararlo a su gusto y los vendedores ambulantes también llevan todos estos ingredientes para que cada uno haga su elección personal.

Algo que nunca podré olvidar es lo difícil que era poderse comer este manjar, era una especie de fruto prohibido, porque había una consecuencia fatal una vez que uno se comía un viagra: “La sangre se te volvería agua”, eso era lo que nos decía nuestra abuela y todos los adultos a nuestro alrededor.

Entonces poderse comer un mango, se convertía en una odisea que comenzaba con las acrobacias que teníamos que hacer para subirnos en el copito de la mata (la parte más alta del árbol) y tumbar los mangos, después poder entrar sigilosamente a la cocina y tomar la sal, el adobo y el vinagre y luego esconderse en un lugar apartado para poder degustar el fruto prohibido.

Eran momentos únicos, llenos de complicidad e inocencia infantil, pero la odisea no terminaba allí, porque el terror continuaba dos o tres días más, durante los cuales procurábamos ser muy cuidadosos en correr, saltar y hacer cualquier otra cosa que pudiera implicar una caída y en consecuencia una raspadura o rasguño porque entonces todos notarían nuestra sangre hecha agua y el castigo sería ineludible porque nos habrían descubierto.

Quizás todo este mito con respecto a la grave consecuencia que provoca comer viagra lo convirtió en objeto del deseo por todas las generaciones de zulianos, que hoy día tienen la dicha de conseguir este exótico manjar a la vuelta de la esquina en cualquier semáforo de las avenidas principales de la ciudad y poder disfrutar de un snack con un sabor único, exquisito y con los nutrientes y vitaminas que aporta el mango.

No puedes dejar de probarlo, las únicas consecuencias serán totalmente placenteras, te lo puedo asegurar. (Imagen vía MaiderVenezuelan)

Un comentario el “Maracaibo, tierra del sol amada… y el Viagra alternativo

  1. […] a la cocinera Ivette Franchi en este recorrido por Maracaibo y la reinvención de la arepa tradicional venezolana, en una interpretación típica de la […]

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