Hemos estado revisando diferentes artículos y entrevistas sobre el panorama de los locales de gastronomía cuando comience la desescalada de las medidas de confinamiento y éste es un pequeño resumen
Lo bueno
Los locales gastronómicos están para quedarse. Sí, lamentablemente algunos tuvieron que cerrar y otros que reducir su operación pero en muchos casos la gente ha contenido la eventual paranoia que podía provocar la pandemia del covid 19 y ha seguido acompañando a muchos de sus locales favoritos con los esquemas de pick up y delivery. Como siempre la creatividad y la flexibilidad marcará los ganadores en medio de los retos.
El calor humano encontrará su cauce. Puede que por ahora sintamos la distancia física de personal de sala, baristas, bartenders e incluso cocineros pero el compromiso es que esto se compense con calidez en el servicio.
El consumo de productos locales debería aumentar. Incluso en una etapa post confinamiento el tráfico de mercancías debería estar sensiblemente restringido por lo que se vislumbran mayores oportunidades para productores alrededor de las ciudades donde se encuentran los locales.
Lo malo
Altos precios. Es fácil imaginar que al reducir la capacidad de los restaurantes, esto repercutirá en los costos de la experiencia. Tal vez habrá fórmulas para tratar de compensar la menor cantidad de comensales pero de principio es difícil no pensar que los números serán complicados.
Comida bajo presión. Tanto por la razón anteriormente mencionada como por el objetivo de lograr que las personas estén el menor tiempo posible expuestas a otras en espacios públicos, ya se menciona que habrá medidas para que la gente coma rápido en los restaurantes, como promover que la orden de comida se haga previamente al momento de la reservación. Se perderá parte de la magia de hacer la elección in situ y de las prolongadas sobremesas.
Elevadas precauciones en una primera etapa. Estaríamos tentados a llamarlo paranoia pero el comensal estará en todo su derecho de querer postergar las visitas a los restaurantes o de tener comportamientos excesivamente cautos en espacios públicos lo que podría complicar las dinámicas de servicio. Pero con esto habrá que lidiar.
Lo feo
Termómetros en la puerta de los locales. Varios expertos piensan que al estilo de Hong Kong desde hace más de 15 años, en las entradas habría personal con termómetros ´para medir la temperatura de los comensales y con una declaración de que no se tienen problemas médicos y no se han visitado países con alto número de contagios. Me pregunto si querría comer después de este procedimiento previo.
Las mamparas o divisiones entre las mesas. Realmente será mejor la distancia importante entre las mesas porque comer en un restaurante como en un cubículo de oficina terminará por ser una experiencia como comer en un avión con las incómodas mesitas. Esperemos que encuentren alternativa.
Fin de los platos para compartir. Tanto por costo como por curiosidad, parte de la experiencia del restaurante era pedir varios platos para compartir. Autoridades sanitarias de diferentes partes del mundo han dicho que estos tiempos pasaron y se vigilará que no ocurra para evitar contagios.