El chef Kiko Casals comparte con nosotros algunos puntos claves para compartir una experiencia gastronómica romántica y placentera

No. 1 Cuida los detalles. No es que tengas que utilizar la vajilla de Versalles ni la cristalería de la abuela, pero piensa que el envoltorio cuenta mucho. Crea el clima con la iluminación, una mesa bien puesta, la música adecuada. Practica la máxima de “menos es más” y alcanzarás el éxito.

No. 2  Nada de perfumes, velas aromáticas, ni sahumerios. Mantén la atmósfera limpia de olores y el protagonismo recaerá en la cena. Percibir el aroma de un buen tinto o el olor del guiso recién hecho se convertirá en una experiencia sensorial.

No. 3 No inventes, no esperes esta fecha para sacar tu espíritu de chef creativo. Más vale lo seguro, aquella receta que nunca nos falla. Bajo esa confianza le podemos añadir algo diferente: una especia exótica o una guarnición más arriesgada.

No. 4 Utiliza ingredientes especiales. Las fresas, el marisco, el chocolate o la canela tienen una carga afrodisíaca que le darán una inyección de pasión a tu velada.

No. 5 Prepara platos que se puedan hacer con antelación, servir tibios o que aguanten en el horno. No es cuestión de en mitad de la noche tener que embutirse el delantal para saltear el pescado o recalentar la salsa.

No. 6 Deja los banquetes pantagruélicos para navidad. Poco promete la noche después de una jartura. Haz preparados ligeros, delicados y sugerentes: terrinas, carnes frías o ensaladas tibias son una buena opción.

No. 7- Lo que puedas comprar ¡compralo! Y no me refiero a que coloques en la mesa un pollo asado del súper o el chimichurri del puesto de la esquina. Gástate el dinerito en un buen vino; busca alguna lata delicatessen o un helado de buena marca. Te ahorrarán trabajo y servirán de base para tu menú.

8- Guarda el redoble de tambores para el final. Lúcete en el postre, que sea el broche, la apoteosis y todo lo demás vendrá rodado. (vía Kiko Casals)