La chef y bióloga merideña Valentina Inglessis aprovecha la cercanía del Día de San Valentín para explorar el lado más erótico del mundo vegetal
Degustar con imaginación. Cuando disfrutamos de un alimento, transcurren instantes en los que todos los sentidos intervienen abriéndose como si fuesen ventanas que dejan pasar las sensaciones que nos causan placer. El erotismo es parte de la aventura de la vida. Es poesía, es energía, es vitalidad, es sensibilidad, es dulzura, es fuerza, es deseo. El erotismo que puede generarnos un elemento considerado como ingrediente culinario, va más allá de si lo comemos o no. Puede llegar a despertarnos niveles de imaginación y fantasía sin que ni siquiera lo degustemos.
La naturaleza es sexy. Algunas plantas pueden estimular nuestro erotismo debido a su forma y color. Por ejemplo una cereza turgente y brillante, un higo partido en dos, el tacto sobre la piel de un durazno, la forma de una fresa. El vino en su justa medida y el chocolate, productos gastrobotánicos por excelencia forman parte de la lista de alimentos con propiedades afrodisíacas. Algunas plantas estimulan la energía y el erotismo de una manera más sutil y menos directa y sobre esa sutileza se trata este cuaderno.
Vainilla. Su uso culinario más conocido es en repostería. Resulta ser que es utilizada desde tiempos ancestrales para aromatizar los espacios. Su aroma resulta altamente erógeno para muchas personas, más aún, si se utiliza para frotar los cuerpos.
Avena. Es un cereal que en sí mismo no luce muy erótico, pero tiene altos poderes energizantes que ayudan a contrarrestar el cansancio. Un cuerpo y una mente cansada no están predispuestos para el momento de erotizar.
Albahaca. En infusión o en incienso contribuye a aliviar la fatiga mental predisponiendo la mente para la relajación y el amor.
Rosa. Es una buena aliada para el romance. Sus suaves pétalos, su perfume inigualable, en incienso, en aguas infusionadas, una rosa roja en un jarrón o pétalos de rosa a la puerta de la estancia de los enamorados, podrían ser la antesala de momentos de erotismo que nuestra memoria guardaría para siempre.
Infusiones de jazmín, semillas de anís y canela. Son consideradas como afrodisíacas capaces de estimular el deseo y aumentar la libido.
Nuez moscada. Tomada en polvo, mezclada con miel y el perejil en infusión tienen efecto en potenciar el deseo sobre todo en la mujer.
Ginseng y azafrán. Son de lo afrodisíacos más tradicionales, potentes en aroma y sabor y capaces de despertar la sensualidad.