Aunque a veces cuesta entender esta relación, los momentos más turbulentos de la historia tienen una relación directa con avances gastronómicos que siempre vale la pena recordar
No. 1 Creación del concepto de restaurante. Aunque anteriormente existían posadas y otros establecimientos que servían comida a cambio de dinero, fueron dos momentos clave, la Revolución Industrial inglesa y la Revolución Francesa, los que motivaron a empresarios a entender estos establecimientos como negocio e impulsaron a los grandes cocineros fuera de los palacios y castillos de la realeza y aristocracia para ofrecer su talento a un público más variado. Por primera vez se pudo disfrutar de lo que el crítico francés Brillat-Savarin consideraba los cuatro fundamentos de la buena mesa «una sala elegante, camareros bien vestidos, una bodega selecta y una cocina de gran calidad.»
No. 2 Valoración de los platos populares y la cocina regional. Las dos guerras mundiales vaciaron los bolsillos de muchos de los que habían logrado el florecimiento de los restaurantes mientras que pese a que con la aparición de medios de transporte nunca antes visto la movilidad estaba asegurada los conflictos bélicos la impedían por lo que comienza un acercamiento y revalorización de los platos populares de regiones específicas, comenzando con Francia. Es un movimiento tan poderoso que todavía hoy, incluso en un entorno en el que la globalización parece ser una de las claves indispensables para entender el mundo, el reconocimiento de los platos regionales sigue siendo una de las fuentes de inspiración de la gastronomía.
No. 3 Bistronomía. Si bien este término es más reciente, lo cierto es que tras la Segunda Guerra Mundial y en los años posteriores a cada crisis financiera importante suele suceder un fenómeno que ha enriquecido la experiencia gastronómica: los cocineros se acercan al mercado, cocinan con los productos disponibles según su lugar y la estación del año y se concentran en platos más inspirados servidos con menos formalidad y protocolo, en un ambiente de bistró. Probablemente sin estos vaivenes de las economías, un modelo mucho más elitesco sería el que aglutinara el talento de los cradores más talentosos. (imagen vía Catch me if you cannie)
Totalmente de acuerdo con este análisis, esta crisis por la que atravesamos en el país ha impulsado el emprendimiento, ideas innovadoras, trasnformando o aprovechando lo que nos ofrece nuestra tierra, siempre dije que el mango era una fruta sub utilizada, hoy podemos ver como se preparan y envasan Chutney, mermeladas, salsas, aderezos e incluso se ofrecen en el mercado jugos de conocidas marcas, haciendo uso de la fruta. Creo también deben usarse otros que en nuestras regiones han comenzado a perderse.
Tan solo por dar un ejemplo de lo que sucede en el ámbito gastronómico en Venezuela. Las cervezas artesanales son otro claro ejemplo de ello, que la gente haya volteado a ver productos como nuestro Ron, muy apreciado más allá de las fronteras del país, pero que hoy ha incrementado su consumo ante los altos precios de otras bebidas. Sin duda creo esto es un aprendizaje que esperamos luego que esto pase no se quede en una moda pasajera