Esta bodega argentina, importada en Venezuela por Di Masi, ofrece un interesante rango de vinos, desde sus blancos jóvenes a su top Synthesis y la nueva incorporación del espumoso, y su fundador Roberto Luka te cuenta por qué debes probarlos

No. 1 Historia. Hubo que trabajar mucho, es cierto. Y sí, somos una bodega muy joven. Diez años para una empresa del rubro vitivinícola es poco. Si estuviésemos en el negocio de la informática, en cambio, seríamos una compañía madura. Sin embargo, tenemos la ventaja de que contamos con viñedos propios que ya tienen 14 años, es decir, que tenemos plantas bien maduras, que nos permiten elaborar vinos concentrados, balanceados y con menos rusticidad. Y esto es gracias a que hicimos lo contrario a lo que hacen muchos, que primero construyen la bodega y salen a comprar uva. Nosotros privilegiamos el proceso más lógico: esperar a que crecieran los viñedos y así tener nuestra propia uva para elaborar nuestro propio vino.

No. 2 Terroir. Fuimos de los primeros en apostar por Gualtallary. A fines de los años 90, cuando plantamos nuestros primeros viñedos prácticamente no había nadie, salvo por alguna que otra bodega. Nuestra bodega está basada en el terroir. Tenemos 130 hectáreas en producción y en la bodega tenemos la última tecnología, pero el objetivo es no arruinar lo que Dios nos da en el viñedo. Para mí, los vinos se hacen en la viña. Y Gualtallary nos permite hacer vinos muy elegantes, con una graduación alcohólica no muy elevada.

No. 3 Estilo. Los vinos de Sophenia no son ni alcohólicos ni «maderosos». En Tupungato no necesitamos que las uvas lleguen a una maduración excesiva para que los polifenoles estén bien concentrados. La madurez que logramos es lenta y esto nos da vinos equilibrados. En el caso de la madera, preferimos que no se sienta mucho. Lo interesante es que el paso por barricas no es breve, en algunos vinos va de los 12 a los 18 meses, pero lo importante es que no tape nada, que lo haga más complejo y redondo.

No. 4 Equipo enológico. Con un competente enólogo de campo como Rogelio Rabino y dos consultores de la talla de Michel Rolland y Matías Michellini, el nivel de calidad de los vinos está asegurado. Rabino está dedicado al monitoreo permanente de todas las etapas de la elaboración del vino, mientras Matías Michellini es uno de los más premiados enólogos de la Argentina y profundo conocedor de la zona donde se encuentra ubicada Sophenia. Por su parte, Rolland, asesor de la línea top Synthesis, es una de las grandes estrellas de la enología con una comprobada pasión por el vino argentino. (con información de Vinos & Bodegas)