6 comentarios

9 razones para nunca rechazar una copa de vino

9 razones para nunca rechazar una copa de vino

Aquí tienes algunas razones para que cada vez que estés cerca de un descorche compartas los placeres de la copa

No. 1 Ablanda la conversación. Lo sabe cualquiera que necesitó bajar un nudo por la garganta a la hora de hablar. Pero a diferencia de muchas bebidas alcohólicas, que noquean rápido, el vino hace este trabajo de forma lenta y envolvente. Toda una ventaja que un buen tiempista sabrá apreciar: partiendo con una copa en la periferia del tema, se irá acercando sorbo a sorbo, hasta que la complicidad brille en el meollo en cuestión y la conversación fluya ya sin obstáculos sobre la segunda o tercera copa.

No. 2 Mejora la digestión. Esto es algo que ya sabían los antiguos, cuando se mandaban esos banquetes que trascendieron en la historia. Es que el vino, por su capacidad de barrer con las grasas de la comida, hace que una paleta de cordero o un asado a la llama sean fácilmente digeridos por el estómago. Y eso, para no hablar de la enorme ventaja que presenta una copa a la hora de enjuagar el paladar y renovar los sabores de la comida trago a trago.

No. 3 Disminuye el colesterol. Existe una relación largamente probada entre los antioxidantes presentes en una copa de vino tinto –el resveratrol aportado por al uva- y la capacidad del cuerpo para evitar la fijación de grasas en el sistema circulatorio. De modo que acompañar una picada de fiambres con una o dos copas es garantía de consumo doblemente responsable: por la moderación y por el cuidado. No en vano Favoloro lo recomendaba siempre.

No. 4 Previene las caries. Es raro encontrar catadores con caries, aunque no está del todo claro por qué. Ya lo detectaron en la Karolinstat Institut, de Suecia, cuando en 1991 estudiaron las dentaduras de los catadores oficiales del monopolio estatal de alcoholes, dedicados a probar unos 130 vinos semanales. Mientras que en los catadores los dientes se presentaban gastados por el trabajo –y la vida- ninguno tenía caries. Beber para creer.

No. 5 Mejora el sueño. En tiempos en que la industria farmacéutica desarrolla lenitivos para una población ansiosa e insomne, ahogada entre cuotas de plasmas, inflación y miedos sinceros, los bebedores de vino sabemos que no hay mejor pista de aterrizaje en la noche que las dos copitas con las que acompañamos la cena. Pocas cosas relajan más que acabar un rico plato, echar el cuerpo hacia atrás en la silla y arrobarse en el sabor final del buen vino.

No. 6 Es un excusa de encuentro. El vino es el sustituto del mate a la hora de comer. Es que calza como un guante en esa afinidad argentina de reunirse para picar, para beber, para hacer un asado, para lo que sea. Y una buena botella de vino, de esas que se compran cada tanto, es la excusa perfecta para aunar voluntades en la cocina, el quincho o el living y juntar a los amigos a pasar un buen rato.

No. 7 Porque sofistica. Es una realidad que no resiste mucho análisis. Mientras que el whisky enfriando las sienes es de telenovela sin mérito y el Martini pertenece a series top con escenarios de rascacielos, la copa de vino, con su figura frágil y a la vez atractiva, aporta sofisticación de vida real y a la medida de quien la lleve. Nada más hace falta llevarla con elegancia y saber usar un par de términos con corrección, como taninos, guarda o reserva.

No. 8 Hace crecer. Es típico entre los jóvenes que rayan los 30, que la cerveza ya no los seduce como solía hacerlo a los veintipico. Y no solo por un tema de sabor, sino porque a sus ojos es la bebida de los que todavía tienen granos en la cara. Ahí el vino se anota un poroto sin esfuerzo: para parecer más grande, basta con beberlo pausada y airosamente junto a las comidas.

No. 9 Rejuvenece. Esa es otra de las gracias del vino, ya que como son muchas las bodegas en el mercado, están las marcas de viejo y las marcas de jóvenes. Todo el mundo sabe que el tinto que toma el abuelo con sus amigos no es el mismo que comparte un muchacho con su novia. De ahí que hay que saber mirar: hay botellas péndex, con ilustraciones, tipografías nuevas y estilos frescos y frutados, y otras más gerontes, con etiquetas de castillos, tipografías del siglo XIX y vinos evolucionados. Usted sabrá qué botella tiene el elixir de la juventud. (vía La mañana de Neuquén)

6 comentarios el “9 razones para nunca rechazar una copa de vino

  1. […] pasa por nuestras mentes es “waffles con chocolate”, pero ahora también podría ser una copa de vino. El bar Beaudevin es reconocido como uno de los mejores lugares para disfrutar de esta bebida. Su […]

  2. […] tu placer al degustar vinos al identificar estas características básicas en su […]

  3. […] 2. Una copa de vino tinto. Sus antioxidantes producen un efecto vasodilatador que permite un mayor aporte de sangre en las […]

  4. […] Estos son los seis escalones que de acuerdo que con el blogger y sommelier Rick Bakas atraviesas hasta lograr apreciar profundamente esta bebida maravillosa […]

  5. […] Distribuidora Alimentos Fusari, que ya tiene en su portafolio una joya como Viña El Principal, ha puesto en los anaqueles locales uno de los tintos más afamados de Chile, Erasmo de la bodega La Reserva de Caliboro. Descubre por qué no pudes dejar de probarlo. […]

  6. […] No. 1 Para ampliar conocimientos sobre el vino italiano. Por factores como el gran posicionamiento de un vino como el chianti, la Toscana parece ser siempre la gran refencia italiana, mientras que el norte de Italia suele ser más reconocido por los vinos de Barolo y Barbaresco y los prosecco. Sin embargo, el vino del Véneto permite conocer con más detalle esta región donde, a diferencia de otros lugares del mundo, no es la potencia la que caracteriza a los tintos sino una fuerza contenida con elegancia que se subraya en su particular acidez. Realmente permite abrir nuevos horizontes al momento de pensar en el vino. […]

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.