Ésta es una lista desordenada y caprichosa de sabores y preparaciones que asocio con la Semana Santa
Pastiera. Ha sido una sabor aprendido el del queso con las notas de flor de azahar y el toque dulce en esta especie de pie o tarta y creo que fuera de esta temporada no me apetece para nada pero en Semana Santa me hace falta.
Vino blanco. No tengo prejuicios contra el vino blanco pero tampoco soy un entusiasta de él. Estos días abren mis sentidos a los toques cítricos y la fuerte acidez y siento que la aprecio más.
Sardinas. Tampoco tengo prejuicio alguno contra este pescado pero su preparación suele ser trabajosa y esto me frena menos en Semana Santa. Me encanta preparar con calma su tempura, freír y servirlas muy calientes sobre una ración de lentejas.
Mojito o pisillo de pescado. Comprado ya preparado, con mucho ají dulce y para aprovecharlo de todas las maneras posibles: servido solo, relleno de empanadas o de bollitos.
Salsa rosada. Porque me gusta acompañar el pescado con tostones y para mí no hay tostones sin salsa rosada: eso sí, primero tomo algunos dientes de ajo, los pico en trozos muy pequeños, los pongo a macerar en aceite de oliva y sobre eso armo la salsa rosada. Ese toque del ajo me habla siempre de estos tostones.