Estos son tres sabrosos postres que han ido perdiendo la predilección al momento dulce del menú pero que deberíamos retomar
Suspiritos. Es casi injusto el éxito que ha tenido la pavlova y que los suspiros queden relegados muchas veces a bolsitas de recuerdos de cumpleaños y otras celebraciones. La forma como se disuelve un buen suspiro en la boca es una sensación realmente placentera.
Gelatina. Crecí en una epoca en la que una buena fiesta de cumpleaños debía tener torta, quesillo y gelatina. Por una parte por un tema de costos pero por otra por desuso la gelatina ha ido perdiendo su importancia y realmente es injusto: hay tantos sabores y es tan ligera y sabrosa que debemos recuperarla.
Natilla. Una de las favoritas de mi padre. Creo que la desfavorece que no tiene la consistencia del flan y el quesillo y no tiene esa sensación más compacta del arroz con leche. Además, una buena natilla no es tan fácil de hacer. Pero hay que retomar ese sabor y jugar con elementos saborizantes como el ron.