No hay duda de que dentro como fuera de las fronteras de Venezuela estas preparaciones las disfrutamos como nuestras, pero aquí te contamos sobre el origen de algunos de los componentes de las especialidades navideñas venezolanas
El rebelde. El pernil de cerdo, de hecho, la carne de este animal que llega con los exploradores españoles comienza a consumirse como una muestra de rebeldía frente a las comunidades judías. Por no ser una comida cotidiana, comenzó a tener sentido servirlo en Navidad como un toque especial en el menú.
El improbable. Aunque no tiene el status de la torta negra o del dulce de lechosa, el panettone es al día de hoy uno de nuestros dulces navideños propios de la temporada. Su historia local que partió de la iniciativa de panaderos locales de origen italiano que comenzaron a elaborar para sus paisanos, su rápida asimilación en las costumbres criollas, la proliferación de productos industriales nacionales e importados y la reciente multiplicación de propuestas artesanales es todo un fenómeno.
El paradójico. No podríamos discutirle a nadie que diga que el vino no tiene un puesto de tradición en nuestra mesa de navideña pero inmediatamente habría que apuntar que esto aplica sólo como bebida porque platos como la hallaca y el pernil lo llevan en su preparación. Lo cierto es que en los últimos 20 años un creciente interés por el vino ha despertado el interés por encontrar armonías con el plato navideño y todos los años se discute acerca de la mejor combinación para la complejidad de sabores de la hallaca.
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