El experto en gestión Francisco Alcaide compartió algunas ideas en una reciente entrevista de las cuales rescatamos éstas
Apuesta por la creatividad.La creatividad necesita espacios de libertad para que se manifieste. La creatividad es fruto de probar, de preguntarse por qué no, de indagar, de cuestionar cosas; y para ello es fundamental sentirse cómodo. El exceso de normas, rigidez, protocolos, la penalización del error y el autoritarismo matan la creatividad. Todo lo que genere miedo aniquila la posibilidad de hacer cosas nuevas e innovar.
Ten fortaleza mental para afrontar los problemas. El emprendedor tiene que ser psicológicamente fuerte para no dejarse derrotar por los momentos de soledad, bajones y dudas que ocurren cada cierto tiempo y que invitan a tirar la toalla. Un buen ejemplo es el campeón de tenis Rafael Nadal. Una vez comentaba su representante (Carlos Costa) que “la cabeza es el 90% de un deportista. Si alguien tiene la técnica de Rafa pero no su cabeza es imposible ser el número uno del mundo”. La pregunta es: ¿Cómo tener esa fortaleza? Esa misma pregunta se la hacía un periodista a Rafa, y contestaba: “Estás preparado mentalmente cuando saltas a la pista cada día y no te quejas cuando juegas mal, cuando tienes problemas, cuando sientes dolores y pones la actitud adecuada, la cara correcta y focalizas; no te centras en las cosas negativas y en los problemas por los que juegas mal o por los dolores”. Se juega como se entrena. Las personas somos seres hábitos. Si quieres lograr algo grande, espera tener problemas. Lo mejor es mentalizarse por anticipado, para cuando lleguen los problemas no nos pille por sorpresa. Y cuando lleguen, no hay que huir de ellos sino afrontarlos, porque las dificultades vencidas son oportunidades ganadas. Como recogemos en Aprendiendo de los mejores citando Jim Rohn: “No pidas menos problemas, desarrolla más habilidades. Los problemas nunca desaparecen”.
Evita los 3 grandes fallos en la gestión de equipos. El ego: el querer brillar a toda costa por encima del resto que se traduce en un egoísmo individualista que genera muchos conflictos. La falta de compromiso: sin compromiso con el proyecto uno se limita a cubrir el expediente. En cualquier equipo ganador hay que hacer esfuerzos extra que trascienden la frontera formal del puesto. La falta de humildad: necesitamos de los demás para llegar lejos. Nadie lo sabe todo ni lo hace todo bien. El líder debe saber que no sabe.