Hoy mi hijo Manuel Andrés mayor cumple 12 años y quería repasar algunos de los vinos que nos han unido durante estos años
El día después de que naciste, tu abuela, mi madre, llegó a casa de visita como pasta rellena en salsa de tomate y terminamos descorchando un Remole de Frescobaldi: no puedes ir mal con pasta, tomate y un toscano elaborado mayoritariamente con cabernet sauvignon.
Después, mientras nos desvelabas, a las pocas personas que decidimos recibir para que te conocieran, les ofrecía un cabernet franc rosado uruguayo y creo que ha sido premonitorio: fue un vino como tú, que no se va a los extremos como blancos y tintos sino que vas buscando un centro.
Luego recuerdo cuando eras todavía muy pequeño (tendrías un año y un par de meses) me acompañabas a las pautas de trabajo, en específico recuerdo la del Salón Internacional de Gastronomía 2009. En el stand de Tamayo tropezaste con una copa que se cayó y se partió y quien te cargó fue Patricio Celedón, enólogo en ese momento de San Pedro y con quien he coincidido luego de que se encargó de los vinos de Viu Manent. Debo decir que es un record que ésa es la única copa que has roto en tu vida y ni siquiera podías hacer nada para evitarlo.
En ese mismo SIG tuvimos que entrar juntos a una cata de Bodega Martínez Lacuesta. Simplemente dormiste tranquilo en tu coche mientras explicaban el efecto del calentamiento global en el terruño de la Rioja como el incremento del grado alcohólico. Después salimos para darte tu tetero y regresamos a casa, ibas callado como si hubieras entendido toda la cata.
Entonces vinieron los buenos vinos que descorchamos en el Comedor del ICC (recuerdo por ejemplo un Tignanello) y cómo siempre se asombraban de que tú no comías el menú infantil sino el que se servía para los adultos, mientras tomabas agua o refresco.
Y ya ibas creciendo y comenzaste a decir que querías ayudar en el último paso de levantar el sacacorchos o retirar el corcho del tirabuzón. Practicaste lectura muchas veces con etiquetas de vinos, incluso descubriste algunos modismos chilenos o argentinos (frutilla o manteca) en alguna contraetiqueta y la pronunciación de cepas y regiones europeas. ¡Cuántos vinos no has visto descorchar en los almuerzos de los domingos!
En esta vida complicada de los últimos años, has terminado acompañándome a dar catas de trabajo junto con Sofía: ustedes dos se quedan en una oficina cercana mientras yo superviso el servicio y dirijo la actividad. Me gusta que entiendas de lo que se trata, que preguntes, que veamos algún mapa o el rostro de algún enólogo importante. Que sepas qué significa el año en las botellas y que difícilmente hay azar cuando elegimos una botella en lugar de otra.
Haber crecido entre vinos, aunque todavía no puedas entenderlo del todo, te hace diferente y yo sé que en su momento vas a hacer las preguntas adecuadas y que te interesará el vino hasta donde tenga que interesarte que para nada tiene que ser el mismo nivel que yo.
Pero sí quiero decirte que espero con expectativa cuando descorchemos vinos solos tú y yo, para que yo te cuente una y otra vez estas historias y tú estés registrando esos momentos, para hacerlos tus historias y contarlas a tus hijos.
¡Salud y feliz cumpleaños!