Hemos seguido con atención esta tendencia del mundo del café en establecer relaciones con el vino
Apunta al público correcto. Parafraseo al profesor Alberto Soria cuando al escribir de whisky señala una característica que es muy importante y no tan frecuente en el público de productos gastronómicos: el consumidor de vino sabe sobre placer. Hay un conjunto de temas incluso relativamente técnicos como la fermentación maloláctica, los métodos de elaboración de vino espumoso o de vinos rosados, que el amante del vino se esfuerza por conocer. Si la información está disponible, el amante del vino va a asegurarse de acercarse a ella.
Terroir y trazabilidad son conceptos que acercan estos dos mundos. Entender que hay combinaciones de factores naturales y de mano de obra que son capaces de ser únicos y de traducirse en una buena copa o una buena taza es un buen punto de partida. Igual el despertar la curiosidad por el camino que recorre el producto desde su origen hasta el consumidor y las garantías que hay de que sea exactamente ése el recorrido favorecen la disposición del consumidor a pagar un poco más.
La ética, el fair trade. De hecho, es posible que el tema ético que comentamos en un artículo anterior acerca del vino, lleve ventaja en el mundo del café. Términos como fair trade no sólo son deseables sino que pueden llegar a ser indispensables en negociaciones de café mientras que en las protestas sociales del año 2019 en Chile vimos una y otra vez a los viticultores protestando por el bajo precio (muchas veces debajo del costo) que reciben por las uvas de parte de las grandes empresas vinícolas. Así que esperemos que en este caso sea el vino el nuevo café.
El turismo podría también potenciarse. Si bien los programas en haciendas de café son comunes en algunos países, con un consumidor que busque todavía más profundidad en los procesos, como recurrentemente ocurre en el mundo del vino, este enfoque podría estimular toda una industria alrededor del café. Por supuesto hay que ver las consecuencias del mundo tras la pandemia del covid 19 pero es un camino.
Los maridajes seguramente podrán explorarse más. Mi impresión es que tal vez el amante del café no vea lo importante que es un espacio como la barra y las cafeterías no sólo para vender comidas que sean accesorios casi aleatorios del café sino para cercar verdaderas armonías que hagan brillar todavía más esos matices que pueden percibirse en los grandes cafés.
Pero, por favor, que no se convierta en mero esnobismo. Ojalá el tema del conocimiento sustituya a esa carrera sin sentido de beber el producto más caro o más reconocido e ir por la vida sintiendo que se conoce más del tema por esto. En la cultura no importa tanto lo que se consume como la forma en la que se consume y es allí donde se marcan diferencias.