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10 pequeñas notas sobre el buen comer, el buen beber y la memoria

letter soup red

Como punto de partida de una serie de artículos sobre la nostalgia gastronómica, presentamos estos microtextos de nuestro editor Jesús Nieves Montero

No. 1 «Quien sabe degustar no bebe jamás el vino, sino que degusta secretos» decía Salvador Dalí. Y desde que la leí incluyo siempre en una versión personal la comida y la memoria pues incluso los sabores desconocidos rápidamente tratan de echar raíces hacia algún recuerdo que a veces es común, vivo y constante, y otras está dormido y el sorbo o el bocado lo despiertan.

No. 2 Recuerdo dormido. En una cata en el ya desaparecido Biarritz, último local de Jackie Traverso, sobre quien modelé un pequeño personaje de Últimos juegos, servimos un sauvignon blanc chileno junto con un invitado de la bodega. Y, de repente, en lugar de seguir con el discurso formal de la degustación, los aromas que salían de la copa me llevaron unos 30 años antes, al patio de mi abuela en Cabimas, a las guanábanas que daba uno de sus árboles.

No. 3 Jerez y oliva. A veces hay una sensación que es detonante, a veces es el simple ejercicio de la conversación. Alguien dice jerez y aparte del vino recuerdo los primeros días del Racó, el resturante de Ángel Lozano tras dejar El lar del Jabugo, que en su proceso de adaptación tenía una falta total de coordinación del personal de sala. Una tarde de domingo, queriendo agradarnos a mi madre y a mí, cada uno de los mesoneros que pasaba frente a la paellera de arroz a la marinera a nuestro lado volvía a rociar jerez y aceite de oliva. Al final terminó siendo un arroz caldoso. Lo comimos y todavía hoy nos reímos.

No. 4 Otras veces son impresiones de los domingos. Las Cancelas en Sabana Grande donde siempre pedía los medallones de lomito al oporto o Ara en el Centro Lido. La música de cuerdas y, sobre todo, el té de jazmín con cantuccini que pedía para terminar cada comida. Todavía en alguna copa de gewürztraminer detecto el jazmín y vuelvo a aquél té.

No. 5 No son las magdalenas de Proust. Pero he estado leyendo y releyendo desde el 2013 Esta boca es mía que compila los textos de los Cuadernos de la gula de Ben Fihman y últimamente han venido apareciendo los textos de Alberto Veloz sobre el Gazebo, Drugstore y los restaurantes de Parque Central. Puede que sea un caso de contagio.

No. 6 No es una Crónica de la memoria -a diferencia de la del Maestro Rojas Guardia- personal. En realidad todo esto ocurre porque llegó Daniela, nuestra querida colaboradora, y me dice: tengo un texto que no sé si entra en el estilo de Esnobismo gourmet, es sobre la nostalgia de la comida, especialmente de los inmigrantes. Y mientras ella prepara sus textos que conformarán esta sección, me entusiasma hacer esta introducción.

No. 7 No es necesario buscar el sentido.  «Parece cierto que el hombre -quizá aún más la mujer- tiene necesidad de algunas dosis de ficción, esto es, necesita lo imaginario además de lo acaecido y real. No me atrevería a emplear expresiones que encuentro trilladas o cursis, como lo sería asegurar que el ser humano necesita «soñar» o «evadirse» (un verbo muy mal visto este último en los años setenta, dicho sea de paso). Prefiero decir más bien que necesita conocer lo posible además de lo cierto, las conjeturas y las hipótesis y los fracasos además de los hechos, lo descartado y lo que pudo ser además de lo que fue» dijo Javier Marías en su discurso al recibir el Premio Rómulo Gallegos, y la memoria, sobre todo ésta que armamos en la que no voy a la fuentes ni registro documental alguno sino que van apareciendo fugacidades sin demasiado concierto ni premeditación está sin duda llena de conjetura e hipótesis.

No. 8 Memoria o simples inquietudes gastronómicas. Le pregunto a Sara, por preguntarle, si Freddo todavía existe en Argentina. Me dice que sí pero lo mejor es Persicco. Le pregunto los sabores que debería probar, me responde que chocolate amargo y dulce de leche granizado. Me explica también que pese a que hay múltiples locales no tendría que preocuparme porque tienen entrega a domicilio. ¿Voy a ir a Argentina pronto? No, sólo me apeteció, literalmente, saberlo.

No. 9 Es la memoria propia o presenciar la memoria de los otros. Hoy presentaba vinos del Bierzo y una de las asistentes de la cata dice con seguridad «este vino huele a una fruta, corozo, a un dulce que hacen con ella, la cocinan con papelón». Ella sonaba convencida, para mí fueron sólo palabras pero estoy seguro de que algo de esos olores estaban allí.

No. 10 Son simplemente notas. Luego vendrá el momento de ampliarlas y organizarlas, de hablar de los viajes a San Mateo a comer pan de horno y mazamorra o a Villa de Cura a comer cachapas o a subir a San Diego de Los Altos a buscar huevos en la granja del señor Roa, a recordar la empanadas y mandocas del Nuevo Juan en Cabimas o un almuerzo en Sain Sadurní d’Anoia, en pleno corazón del cava, comiendo pizza con jamón serrano y un cava brut nature que me hizo entender la expresión «bone dry.» Aparentemente es tiempo de recordar.

2 comentarios el “10 pequeñas notas sobre el buen comer, el buen beber y la memoria

  1. Muy interesante que parte del trabajo que desarrollo actualmente, con mis crónicas de restaurantes desaparecidos en la revista Bienmesabe, sirva de punto de partida para el recuerdo y la memoria gastronómica en esta leída página de Esnobismo Gourmet. Igualmente varios programas de radio están dedicando tiempo para hablar sobre el tema del recuerdo, ya he sido invitado a varios para hablar sobre esa gran época cuando Caracas si era una ciudad cosmopolita. En lo único que no estoy de acuerdo es en la frase final: «Aparentemente es tiempo de recordar». No creo que ahora están unas condiciones específicas para recordar; desde mi punto de vista siempre se debe recordar, rememorar, tratar de atrapar en la memoria los momentos vividos y en este caso nos referimos al gusto. Es un ejercicio que siempre he valorado con las personas que me acompañan o las que estuvieron conmigo en aquellas ocasiones objeto de la memoria, quizá por mi afán de coleccionista nato, para mí esa práctica de la memoria es casi diaria y absolutamente normal. Lo que si podría ser cierto es que la mayoría de la gente no tiene capacidad y a veces no quiere recordar, pero como nuestra sociedad ha cambiado tan drásticamente, necesitan un refugio en el recuerdo y agregan una frase trillada y hasta cursi: «Todo tiempo pasado fue mejor». Frase en la que no estoy de acuerdo, así como tampoco con ésta otra más ridícula: «Éramos felices y no lo sabíamos». Pues si eras feliz y no te habías dado cuenta es porque eres tonto, porque yo si tengo conciencia perfecta de mis momentos de felicidad y puedo decir con toda seguridad, que yo si sabía que estaba viviendo situaciones de gran felicidad.

  2. […] [Te invitamos a leer 10 pequeñas notas sobre el buen comer, el buen beber y la memoria] […]

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