El Dr. Salomón Jakubowicz repasa algunas de las razones por la que este aceite debería incorporarse a tu dieta diaria
No. 1 Beneficios para tu salud. El coco es diferente al resto de los alimentos con grasa. Sus ácidos grasos de cadena media no requieren del páncreas ni de la vesícula biliar para su digestión. Se transforman en energía en vez de tener que almacenarse primero como ocurre con todas las grasas. La ansiedad ocurre cuando al cerebro no le entra fácilmente el azúcar de los alimentos. El aceite de coco entra a las neuronas por una puerta diferente y así disminuye el apetito. El aceite de coco no engorda porque el cuerpo no lo puede almacenar como al resto de los alimentos con grasa. En cambio, el aceite de coco se transforma en cuerpos cetónicos imitando los efectos de una estricta dieta sin carbohidratos. De hecho, estudios demuestran que 1 cucharada de aceite de coco produce suficientes cuerpos cetónicos para quitar el hambre por 6 horas.
No. 2 Versatilidad. El aceite de coco es perfecto para cocinar. A menos de 25 grados se hace sólido y se puede usar como mantequilla, aderezo para ensaladas o crema para el café (simplemente agrégale una cucharada a tu café). También se absorbe por la piel así que puedes utilizarlo como crema hidratante con excelentes resultados en la piel.
No. 3 Accesibilidad. En cualquier tienda de alimentos sanos se puede encontrar y es relativamente barato. Comer coco también tiene los beneficios, al igual que la leche de coco y la mantequilla de coco. (vía Dr. Salomón Jakubowicz)