Un gran vino puede sobreponerse incluso a la precariedad de una mala elección de copa pero siempre es mejor vestirlo con la apropiada, por eso, no dejes de leer estos puntos para que saques de tu vida las copas que te impiden disfrutar al máximo
No. 1 Cristal tallado. En algún momento, las copas y vasos cortos y largos de cristal tallado fueron un símbolo de estatus que, básicamente, descansaban en vitrinas de las casas para que la visita viera y preguntara. Pues en relación con el vino (y también con los destilados) ese dudoso uso decorativo es la mejor opción pues la forma de la talla impide el disfrute visual del vino y afecta su apreciación.
No. 2 Colores. Con la excepción de las copas negras para realizar verdaderas catas técnicas a ciegas, los colores en una copa no sólo son innecesarios sino que estorban. El cristal o el vidrio deben ser transparentes para poder apreciar virtudes y también posibles defectos de un vino.
No. 3 Excesivo grosor del cáliz. No todos puede ni quieren tener copas de delgadísimo cristal pero, incluso si son de vidrio, lo apropiado es que sean delgadas. Un excesivo peso en el cáliz termina por dificultar los movimientos para la oxigenación del vino y casi sin excepciones, el vidrio grueso tiene unos reflejos verdosos que distorsionan el color del vino. Así que entre cristal o vidrio selecciona tu preferido pero que sean delgadas.
