Es uno de los cócteles de moda y seguro querrás saber más sobre él, así que compartimos algunos detalles de la intimidad de este trago
No. 1 La ginebra no es inglesa (ni suiza). Su invención se atribuye a un médico, el doctor alemán residente en Holanda Franciscus Sylvius, que la destiló hacia mediados del siglo XVII a partir de bayas de enebro, cebada, anises, cardamomo y cilantro, entre otras hierbas. El nombre original holandés es genever.
No. 2 La ginebra fue un medicamento. Como tantos otros productos de gran consumo, legales o no, los usos originales de la ginebra eran medicinales. Se le atribuían propiedades para tratar el lumbago, cálculos biliares, gota y dolores estomacales. También se suministró como remedio contra la peste negra, aunque más bien sin éxito.
No. 3 El gin-tonic viene de la India. Fue hacia finales del siglo XIX. Los colonos ingleses de la India debían tomar quinina para combatir el paludismo endémico de esa zona, generalmente consumida en forma de agua tónica con gas, una bebida medicinal y refrescante inventada por otro alemán, Jacob Schweppe, esta vez afincado en Londres. Para compensar el característico sabor amargo de la tónica, a los solados ingleses se les ocurrió añadirle ginebra.
No. 4 El gin-tonic no es muy amigo de los regímenes alimentarios. Como toda bebida alcohólica, este combinado tiene una considerable aportación calórica: alrededor de 170-175 calorías, casi como medio litro de cerveza. Por supuesto, esto puede aumentar en función de los ingredientes de complemento que le añadas, pero curiosamente no es la ginebra lo que más engorda, sino la tónica, relativamente alta en azúcar a pesar de su amargura. (vía Atrápalo de cerca)
