Desde que fue descubierto y domesticado por el hombre, el fuego es el gran aliado en la preparación de las comidas pero: ¿sabes cómo controlarlo al momento de una parrilla? Toma nota de estos tres consejos para que logres aprovecharlo mejor.

No. 1 Cantidad de carbón. Calcula por cada kilo, un kilo de carbón. Si quieres usar un poco más, no hay problema…como siempre se dice “es mejor que sobre”. Así, puedes dejar carbón para el próximo asado ¡Siempre hay algo que celebrar!

No. 2 Encender el fuego. Aunque hay muchas formas, ésta es una de las que tiene más éxito: Pon una botella de vidrio en el centro de la parrilla. Toma algunas hojas de papel diario (7 u 8) y rodea la botella con ellas, colocándolas en forma de argolla. Luego, pon el carbón rodeando la botella con las hojas en forma de corona. Recuerda poner los carbones más grandes abajo. Retira la botella, y comienza a encender los papeles que acomodaste en forma de argollas. Con este sistema, el fuego estará listo en unos 15 a 30 minutos.
Una vez encendido, pon los trozos de carbón más grandes a un costado (los que no están encendidos por completo), para encender más fuego y utilizarlo después.

No. 3 El momento de la carne. ¿Cómo sabré en qué momento puedo poner la carne? Una forma práctica de medir es con la palma de la mano (cuidado con quemarse). Un fuego fuerte es cuando al colocar la mano en el mismo lugar que la carne, solo podemos contar hasta 3 y tenemos que retirar la mano porque no se aguanta el calor. Si ni siquiera llegamos hasta 3, hay que sacar fuego ya que probablemente la carne se quemará a esa temperatura. Un fuego moderado es contar hasta 5 y un fuego suave es contar hasta 7. Más de 7 será un fuego sutil que hará que el asado lleve varias horas, y en ese tiempo podrás compartir alrededor de la parrilla con tus amigos o familia. (vía Aristía)