Una de las interesantes recetas contenidas en el libro Las recetas olvidadas, testimonio de la gastronomía del estado Mérida.
«Eran las tres de la tarde
cuando mataron a Lola…
y dicen los que la vieron
que agonizando decía:
Yo quiero ver a ese hombre
que me ha quitao la vida…»
Con esta canción alegraban sus tardes los merideños de media dos de siglo; quizás porque evocaba uno de los lugares más conocidos de la ciudad en ese entonces, donde los autobuses daban la vuelta para seguir recorriendo las calles empolva das de la capital y donde los enamorados iban los domingos a comer pasteles o mondongo.
De una historia de amor, nace, pues, ese nombre tan familiar para los merideños, de dos enamorados que acostumbraban encontrarse allí, en frente de la casa de Doña Agripina, para dar vueltas en las puertas de la ciudad. Como bien dice la can ción y los cuentos de las abuelitas de la zona, la historia terminó trágicamente cuando el joven enamorado mató a Lola, seguramente por una cuestión de celos.
Desde entonces se conoce el lugar como «La Vuelta de Lola», donde nació también, con toda seguridad, la inspiración de esta receta.
Hoy en día el término se ha hecho tan popular que los merideños suelen referirse a la línea de “la Vuelta e’lola” a las busetas de transporte público que tienen un aviso de color verde y que terminan su trayectoria en este lugar de la ciudad.
Ingredientes
(4-6 personas)
1 trozo Repollo Morado
1 trozo Repollo Blanco
1 pedazo Queso Azul
Vinagre
Aceite
Sal
Preparación
Lavar y cortar los repollos en tiras finas y largas (como los cabellos de Lola).
Licuar el queso azul con el aceite y un toque de vinagre. Salar. Servir sobre los repollos.