Continuamos con estas notas para entender mejor el fenómeno del emprendimiento gastronómico en la Caracas actual
Los ciclos son bruscos. Con un mercado relativamente pequeño y los patrones de consumo mediados por las amenazas de oleadas de contagio del covid 2019, durante este año y fracción hemos visto puntos altísimos de ventas para muchos de los emprendimientos y otras semanas en las que la cautela de los potenciales clientes detienen todo. Manejar la parte financiera en esas condiciones es un reto muy particular.
Debe venir pronto una depuración. Lo vimos hace un par de años en el mercado de cerveza artesanal: llegó a un punto de saturación y con un desnivel tan grande de calidad entre productores que en un momento simplemente la gente comenzó a desarrollar su propio criterio y dejar la exploración abierta para concentrarse en las marcas que le proporcionaban calidad, precio, experiencia. Esto debería estar por suceder con estos emprendimientos de comida.
La atención al cliente sigue siendo clave. No importa si es un saludo vía whatsapp o un seguimiento a la llegada de un pedido,el comensal se quiere sentir atendido y queda de parte del emprendimiento intentar todas las formas que pueda tener a su alcance para lograrlo.
Consistencia comunicación y producto. De nada sirve una inversión en desarrollo de un menú y una sesión de fotos para enviar comida que no se parece ni de lejos a lo que abrió el apetito del cliente. No es un tema simplemente estético, es un elemento comercial: un producto que es consistente con lo que se promocionó de él es el primer paso a la satisfacción del cliente y al boca a boca.