Junto con los maravillosos malbec, bonarda y cabernet franc, el vino blanco escribe una gran página de la historia del vino en Argentina y aquí te comentamos tres que vale la pena conocer
Viognier. San Juan. La carga aromática está en el viognier sanjuanino, también el volumen en boca y mientras todavía hay productores que se amparan en el calor para hacer vinos casi dulzones y desequilibrados, cada vez más se aprovechan las zonas más altas para crear blancos elegantes y diferentes.
Chardonnay. Mendoza. ¿Pudimos colocar cualquier uva blanca mendocina? Sin duda, pero la forma como los suelos calcáreos, sobre todo hacia el Valle de Uco, interactúan con la chardonnay le aporta una complejidad que pasos por madera menores de 6 meses son capaces de fijar para disfrutar de un chardonnay muy sofisticado.
Torrontés. Cafayate. Siempre faltarán líneas para alabar este torrontés que con sus notas de rosas y jazmín y su carácter untuoso se ha convertido es el lado blanco de la historia que bien ha sabido escribir el malbec en los vinos tintos. No haber probado al menos uno es no conocer el vino argentino.