Muchas veces eclipsado por la relativamente cercana y muy poderosa región de Mendonza, San Juan ha demostrado lo que el resto del territorio argentino, que es capaz de darle al malbec una personalidad propia y aquí compartimos estas claves para que lo disfrutes más
Perfil definido. El Malbec de San Juan puede ser de dos características: los del Zonda y Tulum que se caracterizan por ser sumamente frutales y especiados y el de los valles de Pedernal y Ciénaga que son más rectos, minerales, frescos y florales. Bien elaborados ofrecen todos los aromas de la montaña, las flores y la vegetación, el contraste entre frescura y la potencia de lugares cálidos. En los Malbec sanjuaninos particularmente también se encuentran taninos directos y francos con menos dulzor.
Terroir. Los viñedos están distribuidos en cinco valles: Tulum, el más bajo en altitud pero el más extenso y árido, Ullum, Zonda, Pedernal, Ciénaga y Calingasta. El terroir sanjuanino se caracteriza por los relieves del pedemonte y los valles. Los viñedos están situados entre los 600 y los 1400 metros de altura, sobre suelos aluviales de granulometría arenosa o franco arenosa. Algunas regiones tienen más arena y otras más piedras. El clima es seco, con precipitaciones medias que rondan los 106 mm/anuales, templado a cálido con temperaturas máximas entre 33 y 40 grados en verano y de 15 en invierno. Pero se destaca una amplitud térmica que puede llegar a los 20°C.
Diversidad de estilos. En el pasado los vinos sanjuaninos eran calóricos y pesados y casi dulzones pero el desarrollo de las zonas más altas como Pedernal, Calingasta y Ciénaga hacen que los vinos sean más livianos frescos y frutados. Además, técnicamente los enólogos buscan cosechar antes para obtener frescor y acidez, sin deja de poseer la estructura de vinos de placer y de gastronomía y de disfrute de conocedores. (con información de bonvivir)