Compartimos estas sencillas recomendaciones para dare un enfoque diferente a esta ocasión que se celebra una vez al año y que muestra ese lado gozoso de la gastronomía más allá de las eventuales dificultades y obstáculos que pudieron atravesarse para concretarla
Preparen los alimentos en actitud de agradecimiento, con amor. Más importante que cualquier otro aspecto es que la comida de estas fiestas son una reivindicación de uno de los placeres y privilegios más importantes de la vida, compartir la mesa con nuestros afectos más cercanos
Hagan de la preparación un ritual. Revisa estos que recomienda nuestra colaboradora la chef y bióloga merideña Valentina Inglessis.
Cuando sirvan y vayan a comer hagan abstracción de cualquier preocupación adicional. Permítanse abrir los sentidos y descubrir colores, aromas y texturas, conversen sobre ellas, involúcrense en ese momento que comparten, estén presentes.
Dejen espacio para la sobremesa. No dejen que la prisa les gane, simplemente, frente a una taza de café o un trago corto de destilado continúen la conversación, extiendan el placer.