Tim Elliott te cuenta sobre cinco creencias infundadas que te impiden disfrutar a plenitud cada copa
1. El vino debe decantarse unas horas antes para que “respire”
Casi todos los vinos pueden ser servidos en el momento y directamente de la botella. Los vinos que se benefician de la aireación tienden a provenir de lugares específicos y se hacen en cantidades relativamente pequeñas.
2. Oler el corcho puede decirnos algo sobre la calidad del vino
El corcho se revisa para saber si está roto, si tiene moho o si hubo alguna filtración grave. La única información que puede proporcionarnos es la marca del fabricante y el año de cosecha.
3. Necesitás una cava para almacenar el vino
Falso. Cualquier armario o alacena sirve. Solo tenés que asegurarte de que permanezca acostado y de ponerlo en posición vertical unas horas antes de abrirlo.
4. Los tintos se sirven a temperatura ambiente
No era un mito en el siglo XIX, cuando la temperatura ambiente solo llegaba a los 17°C. Hoy, la llamada “temperatura ambiente”, sobrepasa esa medida. El calor cambia los aromas y pronuncia el sabor a alcohol, por lo que se recomienda enfriar la botella 15 minutos en la heladera antes de servirla.
5. Todos los vinos mejoran con los años
Hoy, la mayoría de los vinos se consumen en el año en el que se embotellan. Los tintos pueden durar hasta cuatro años sin que declive su calidad, mientras que los rosados, con pocas excepciones, deben ser tomados en el mismo año de la vendimia y los blancos solo pueden esperar dos años. (vía Minuto Uno)