Este champagne, uno de los íconos del lujo, revela de la mano de Richard Geoffroy, su Maestro Bodeguero, algunas de las claves que la convierten en un elixir exclusivo y costoso
No. 1 Selección de cosechas. Este champagne nació en 1921 y desde entonces se pudieron vinificar 40 cosechas. Peor aún: con el nivel de exigencias que tienen, es raro que se presenten 3 cosechas seguidas sin problemas.
No. 2 Equilibrio paradójico. Dom Pérignon expresa como pocos la dualidad entre la luz y la sombra. La luz es la fruta que aparece cuando bebemos este champagne, el sol, el tostado, la plenitud. La sombra es el trabajo sombrío de las levaduras , que aportan el grisáceo, el yodo, el ahumado, la turba, que son características de Dom Pérignon.
No. 3 Se recomienda tomar en copa de vino blanco. Para Geoffroy, a diferencia de la copa flauta, la de vino blanco permite apreciar sus aromas y color con mucha mayor plenitud. (con información de Conexión Brando en nota de Alejandro Maglione)