Si te gusta la buena música y el vino no puedes dejar de ver Blood into wine, el documental del año 2010 en el que los directores Ryan Page y Christopher Pomerenke te muestra la travesía de Maynard James Keenan en sus viñedos de Arizona
No. 1 Perspectiva del Celebrity Wine. Todos los hemos visto y hemos dudado. Desde estrellas latinoamericanas como Luis Miguel y su vino Único hasta estrellas del fútbol como Andrés Iniesta o Leonel Messi, hay una tentación de las grandes estrellas y la maquinaria de mercadeo del vino para acercarse y vender el lado más aspiracional de la bebida. Sin embargo, muchas veces estas alianzas por conveniencia terminan en vinos mediocres en los que la celebridad presta su nombre y poco por lo que es interesante ver como en Blood into wine se muestra a un Maynard James Keenan comprometido con todo el proceso desde la plantación hasta el embotellado y el acercamiento a periodistas de vino que puedan difundir sus productos.
No. 2 Presenciar los esfuerzos de los pioneros en Arizona. No es Phoenix, la ciudad tal vez más visible del estado de Arizona sino en una pequeña población que en algún momento fue considerada un pueblo fantasma, Jerome, donde se encuentra el epicentro de este movimiento del vino en Arizona. Desde las luchas jurídicas por el acceso al agua hasta los cambios en legislación para poder operar los viñedos, la bodega y la venta de los vinos, es emocionante ver cómo se está construyendo desde cero este nuevo polo vinícola.
No. 3 Ampliación del mapa vinícola de los Estados Unidos. Hace algunas décadas se decía que no se podía hacer buen vino en el inmenso país del norte. Luego se aceptó a regañadientes la calidad de California. Después no hubo más remedio que admitir que en Oregon los pinot noir eran exquisitos. Supimos del vino de Texas, del estado de Nueva York con sus maravillosos blancos y así de a poco incluso el más escéptico ha tenido que aceptar a los Estados Unidos como un productor no sólo importante en volumen sino en calidad y capacidad de transmitir sus diferentes terroir, de forma que ver que en Arizona también se hace vino confirma esta impresión.
No. 4 James Suckling. Probablemente si para alguien resulta agotador el maratón de alabanzas a Maynard James Keenan tendrá su recompensa cuando vea al antiguo crítico de Wine Spectator probar los vinos de Arizona. Suckling pone sobre la mesa su forma de evaluar el vino, no sólo el aspecto técnico sino también su capacidad de evocar. «Probé el vino Judith y caminé por los viñedos, eso siempre se quedará conmigo» dice Suckling de cabernet sauvignon que James elabora en memoria de su madre en Caduceus Cellars, mientras apunta la importancia que asigna a la creación de un vino diferente, con alma y que permita transportarse a este inusual paraje.