El narrador argentino Andrés Neuman ofrece una actualización del texto clásico de Quiroga Decálogo del perfecto cuentista, con los retos de la escritura para quien desee entregarse a los placeres de la pluma
I Si no emociona, no cuenta.
II La brevedad no es un fenómeno de escalas. La brevedad requiere sus propias estructuras.
III En la extraña casa del cuento los detalles son los pilares y el asunto principal, el tejado.
IV Lo bello ha de ser preciso como lo preciso ha de ser bello. Adjetivos: semillas del cuentista.
V Unidad de efecto no significa que todos los elementos del relato deban converger en el mismo punto. Distraer: organizar la atención.
VI Anillo afortunado: a quien escribe cuentos le ocurren cosas, a quien le ocurren cosas escribe cuentos.
VII Los personajes aparecen en el cuento como por casualidad, pasan de largo y siguen viviendo.
VIII Nada más trivial, narrativamente hablando, que un diálogo demasiado trascendente.
IX Los buenos argumentos jamás pierden el tiempo argumentando.
X Adentrarse en lo exterior. Las descripciones no son desvíos, sino atajos.
XI Un cuento sabe cuándo finaliza y se encarga de manifestarlo. Suele terminar antes, mucho antes que la vanidad del narrador.
XII Un decálogo no es ejemplar ni necesariamente transferible. Un dodecálogo, muchísimo menos.
