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Vice (El vicio del poder): 3 razones para ver la película que explica el inmenso poder silencio de Dick Cheney


Con la noticia del fallecimiento del exvicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, la conversación sobre su legado y el ejercicio del poder vuelve al centro del debate. Para comprender la figura de este «callado burócrata de Washington» que se convirtió en el vicepresidente más poderoso de la historia, la película Vice (El vicio del poder) de Adam McKay ofrece un retrato contundente y con vocación pedagógica y aquí te contamos por qué vale la pena verla
El camino al poder: De burócrata gris a maestro del ajedrez político.La película explora la historia real de cómo Dick Cheney, un personaje inicialmente discreto y con un bajo perfil en Washington, logró convertirse en una de las figuras políticas más influyentes de la historia de E.E.UU. La cinta es una constante invitación a la reflexión sobre el poder: ¿quiénes lo detentan y hasta dónde alcanza? El filme no solo traza su ascenso desde sus inicios como ayudante de Donald Rumsfeld, sino que también examina su transformación en el «presidente de facto» y cómo orquestó su influencia para dejar un legado de consecuencias que aún se dejan sentir hoy en día en los pasillos de la capital de la principal potencia mundial. Y aunque se podría alegar que el equipo detrás de la película toma partido en contra de Cheney, lo compensa con un cuidado retrato del personaje.
La familia como motor de la ambición: Lynne Cheney, una fuerza detrás del poder.Un aspecto crucial que la película subraya es la influencia innegable de su esposa, Lynne Cheney (interpretada por Amy Adams). La cinta retrata la vida privada y la evidente devoción de Cheney por su familia, pero también cómo Lynne jugó un papel determinante en su trayectoria política. En una escena, ella le dice a su hija: «Si tienes poder, la gente siempre tratará de quitártelo». Este enfoque narrativo muestra que detrás del ascenso de los hombres poderosos suele haber una dinámica familiar compleja que incentiva la cultura del poder y agrega complejidad a las motivaciones detrás de las acciones de Cheney en una buena interpretación de Christian Bale.
El poder detrás del poder: El vicepresidente que realmente mandaba en la Casa Blanca.La película se centra en cómo Cheney tomó una posición de dominio durante el mandato de George W. Bush (Sam Rockwell). Se muestra cómo Cheney terminó convirtiéndose en el hombre más poderoso del mundo como vicepresidente, con la advertencia de que la consigna que circulaba en Washington era: «No te molestes en vigilar a Bush; no le quites el ojo a Cheney». La cinta lo posiciona como el verdadero protagonista de las decisiones más importantes del gobierno, particularmente en la implementación de la «guerra contra el terrorismo» y en la invasión a Irak, decisiones que afectaron no solo a EE. UU. sino a todo el mundo.

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