En el vasto y milenario universo del vino europeo, donde la tradición y el terruño dictan las reglas, la presencia de figuras y familias venezolanas podría parecer una anomalía, dado que Venezuela no es, por tradición, un país vinícola. Sin embargo, la agudeza empresarial, la visión y la pasión han dejado interesantes ejemplos y aquí te dejamos algunos

Hans Neumann (Vega Sicilia – Ribera del Duero, España). La leyenda de Vega Sicilia, una de las bodegas más icónicas de España en la Ribera del Duero, tiene un capítulo venezolano. Hans Neumann, un empresario venezolano de origen judeo-checo, adquirió la bodega en 1965, tras quedar cautivado por sus vinos en Nueva York. Aunque la vendió en 1982 a la familia Álvarez, su período de propiedad fue parte de la rica historia de esta casa fundada en 1864, reconocida mundialmente por su mítico «Único».
Familia Penso (Bodega Otazu – Navarra, España). La incursión de esta familia venezolana en el mundo del vino se remonta a 1989-1991, cuando el padre de Guillermo Penso adquirió la histórica Finca Otazu en Navarra. Bajo su dirección, Bodega Otazu ha resurgido con fuerza, logrando el prestigioso reconocimiento de «Vino de Pago» (D.O.P. Pago de Otazu) en 2009. Su relevancia radica en la recuperación de una tradición vitivinícola de casi mil años, fusionando viticultura, arte e historia en la producción de vinos de alta gama a partir de variedades como Merlot, Cabernet Sauvignon, Tempranillo y Chardonnay.
Familia Gómez Cigala (Bodega Pago de Cirsus – Navarra, España). En 2014, Alejandro Gómez Sigala, junto a su esposa Letizia Mangione y su hijo Alejandro Alberto, materializaron su sueño vinícola al frente de Bodega Pago de Cirsus, también en Navarra. Esta bodega ha alcanzado el máximo nivel de calidad en la clasificación española, Denominación de Origen Protegida Pago (D.O.P Pago Bolandín). Su relevancia se centra en la elaboración de vinos «especiales» y de alta calidad, con un enfoque familiar y pasional, utilizando uvas como Tempranillo y Syrah.
Juan Carlos Escotet (Sogevinus Fine Wines – Douro y Oporto, Portugal). El prominente banquero venezolano Juan Carlos Escotet, a través de su holding Abanca y su «Escotet Family Estates», ha consolidado una significativa presencia en el sector vinícola portugués. Desde 2020, han estado adquiriendo propiedades y controlan Sogevinus, un grupo que agrupa reconocidas marcas de vino de Oporto y Douro, como Kopke, Cálem, Burmester, Barros, y la histórica Quinta da Boavista. Su relevancia radica en la inversión y el liderazgo directo de la familia en la expansión y mejora de estas bodegas históricas en Portugal.

No encontramos información sobre la continuidad del proyecto enológico del venezolano Oswaldo Hernández en Burdeos quien con su vino Le Bord’eaux entró en la lista de las etiquetas de mejor relación calidad/precio del mundo según The Wine Advocate ni la precisión sobre el intento de inversión del banquero José Alvarez-Stelling que en algún momento fue reseñado por la prensa española.

Mención aparte merece Il Feuduccio en los Abruzzo propiedad de la familia Lamaletto.